No entrenamos solo por estética: los mil y un motivos que nos mueven
Cuando pensamos en entrenar, muchas veces lo primero que viene a la mente es “bajar de peso” o “marcar el abdomen”. Pero la verdad es que cada cuerpo tiene su historia, y cada historia, su motivo para moverse. En este blog, queremos honrar esa diversidad de razones. Porque no todas entrenamos por lo mismo, pero todas entrenamos con propósito.
1. Entrenar para sanar
El movimiento puede ser medicina. Muchas personas comienzan a entrenar para salir de la tristeza, el duelo o la ansiedad. No se trata de levantar pesas: se trata de levantar el ánimo. A veces, la caminata diaria es la terapia más efectiva.
“Empecé a entrenar el día que dejé de llorar por él… y comencé a construir para mí.”
2. Entrenar para resistir
Quienes viven con enfermedades crónicas, dolor o fatiga saben que moverse es una forma de resistencia. Cada estiramiento, cada respiración profunda es una forma de decir: “Estoy viva. Sigo aquí. Y voy a seguir luchando.”
3. Entrenar por placer
Sí, algunas personas entrenan porque lo disfrutan. Saltar, bailar, pedalear, nadar. El cuerpo vibra cuando se mueve por gusto. No todo es sacrificio; a veces, es pura alegría.
4. Entrenar para pertenecer
Entrenar también puede ser un acto social. Ya sea en un grupo de yoga, clases de zumba o un club de running, muchas encuentran comunidad y contención.
“Me sentí parte de algo por primera vez en años.”
5. Entrenar para transformar
Hay quienes entrenan para cambiar su cuerpo, y eso también está bien, si nace del amor propio. No se trata de castigar el cuerpo, sino de honrarlo.
“No entreno para cambiar mi cuerpo. Entreno para amarlo más.”
6. Entrenar para comenzar de nuevo
Después de una crisis, mudanza o pérdida, entrenar puede ser el primer paso en una nueva vida. Como cuando Fiona salió del castillo: cambió el vestido por zapatillas, pero nunca perdió su poder.
7. Entrenar por legado
“Quiero estar fuerte para jugar con mi hijo”, “para cuidar a mi mamá”, “para pasear a mi perro sin agotarme”. Entrenar también es un acto de amor hacia los demás.
“Detrás de cada sentadilla hay una historia. Y en cada historia, una mujer que decidió no rendirse.”